Registrarían el matrimonio primero y no celebrarían la boda enseguida.
No tendrían la boda hasta que Duncan pudiera caminar como una persona normal.
—Entonces, te veré el fin de semana.
—Bueno, nos vemos.
Dijo Duncan cariñosamente, —Que te ocupes del trabajo, yo también tengo que trabajar, no te robaré más tiempo. Tienes que cuidarte bien. La buena salud es lo más importante.
—No se puede ganar todo el dinero, y no hay forma de que la empresa se estabilice en un día o dos, se necesita mucho tiempo y esfuerzo.
A Duncan le preocupaba que Liberty estuviera demasiado ansiosa por desarrollar su carrera, agotándose así.
Liberty respondió, —Lo sé, cuidaré de mi salud, y tú también. Volveremos a hablar esta noche si tenemos tiempo.
Después de terminar la llamada, Duncan no dejó el celular. Lo miró y sonrió, pensando que él y Liberty pronto se casarían y vivirían juntos.
Iba a comprar una casa grande en Ciudad Río para poder vivir cómodamente.
Cuando Liberty se hiciera cargo de la familia Fishe