Audrey estuvo de acuerdo.

—Lleva a Sonny contigo por la tarde.

Tras una pausa, Audrey continuó: —El doctor Isidro dijo que al tío Loyal le quedaban poco de vida, que conozca a nuestros vástagos.

Todos se sorprendieron.

Serenity preguntó preocupada: —¿Está enfermo el abuelo Loyal?

—Puede que sean las secuelas de una herida anterior, y además, es viejo, y los viejos tienen más o menos algún problema de salud.

Audrey suspiró y no dijo nada más.

Isidro le dijo que debía estar preparada.

—Vale, recogeré a Sonny cuando salga del jardín de infancia.

Serenity también comprendía que William era demasiado mayor, y que su cuerpo no duraba mucho una vez cumplido el deseo de su corazón.

—¿Debo avisar a mi hermana para que vuelva?

—Por ahora no. El tío Loyal aún no me ha dado las pruebas, puede aguantar un poco más. La próxima vez que venga, le tendré aquí para que se quede y le cuidaremos bien el resto de su tiempo.

William no se había casado y no tenía hijos.

Trataba a Audrey y a Gisela como si fu