Unas horas después, en la Ciudad Río.
El avión aterrizó.
Sandra apagó enseguida el modo avión de su móvil.
Recibió un mensaje de alguien desconocido: [No puedo creer que tu marido Enrique sea tan genial en la cama, ¿puedes satisfacerle?]
Al ver este mensaje, la cara de Sandra se ennegreció al instante.
Estaba ocupada con su trabajo, y estaba muy cansada cuando llegaba a casa cada día. Hacía tiempo que se había desinteresado de las cosas en la cama.
No se sabía cuánto tiempo había pasado desde que Enrique y ella se dormían juntos.
Pero Sandra sabía que Enrique seguía en buena forma y físicamente fuerte. No tenía mucho dinero, pero cuando quería comer algo, sólo tenía que encargarlo al cocinero, y éste le satisfaría.
Enrique quiso ligarse a otra mujer cuando era joven y Sandra le dio una dura lección cuando se enteró. Ahora parecía ser muy leal a Sandra, pero nadie sabía lo que le pasaba por la cabeza.
Sandra ni siquiera esperaba que su marido la traicionara en el medio mes de su ausenci