—Mamá.
Elisa bajaba la ventanilla del auto y les decía a sus padres: —Alice puede estar dando a luz. Dijo que tiene dolor de vientre. Lo llevaré al hospital ahora.
Audrey preguntó: —¿A quién llevas al hospital?
—A Alice, ella está dando a luz.
Darrell preguntó a su hija: —¿Dónde está ella?
Elisa giró la cabeza y no vio a Alice en el asiento trasero del auto, solo la bolsa de parto.
Se quedó helada.
Después de reaccionar, le dijo a Remy: —Remy, date la vuelta rápido, Alice todavía está en casa.
Remy se quedó sin palabras.
Audrey no pudo evitar reír de nuevo.
Inesperadamente, esta situación no le pasó a su hijo, sino a su hija.
El rostro de Elisa se puso rojo y dijo embarazosamente: —Alice me pidió que recogiera las cosas y fuera al hospital, pero simplemente tomé las cosas y me fui, pensando que Alice ya se había ido...
Remy giró el auto y se rio: —Elisa, eres tan linda. También soy descuidado. Cuando me llamaste, te seguí apresuradamente. Ni siquiera pensé que había dejado a Alice atrá