Callum siempre había sido considerado con su prometida. Cuando Isabela no podía ver antes y comían juntos, él la cuidaría.
A Isabela le gustaba pescado, pero el pescado tenía espinas.
Entonces, Callum ayudó a Isabela a sacar las espinas del pescado y dejó que se las comiera sin preocupación.
Poco a poco, esto se convertía en un hábito.
Callum le sirvió comida a su prometida e Isabela le sirvió comida a Thiago, quien de vez en cuando le decía: —Prueba la cocina de Callum. Es deliciosa. No es inferior a la de los chefs de hoteles cinco estrellas.
Thiago estuvo muy lleno durante esta comida.
Casi se agarró a la pared para salir.
Sentado en el sofá, seguía tocando su vientre abultado.
Después de limpiar la mesa y lavar los platos, Callum salió de la cocina. Al ver la apariencia sobrecargada de Thiago, se acercó y le dijo con humor: —No es que no tengas nada para comer. Mira cuánto has comido. Tu estómago está lleno y revuelto.
—Callum, no puedo resistirme al amor de mi hermana. La comida q