Liberty le preguntó: “¿Por qué no vas después del desayuno?”.
“No, pediré comida de un restaurante. Tengo una reunión al mediodía y no volveré para el almuerzo. Puedes comer con Sonny”.
Al ver que Liberty solo le estaba preguntando y no le entregaba su chaqueta y su maletín como antes para despedirlo como a un rey, Hank se sintió bastante molesto. Sentía que Liberty no lo atendía a pesar de comer y vivir bajo su techo.
Su hermana era buena con su marido. Él creía que trataba a su marido como si fuera un rey. Además, tenía un trabajo y ganaba dinero.
‘Liberty no hace nada, y tampoco me trata bien’.
‘Nadie puede culparme por no amarla. Simplemente no está calificada para ser mi esposa’.
Hank encontraría cualquier excusa para justificar su infidelidad emocional.
Fue a buscar su chaqueta, su maletín y las llaves de su coche antes de decirle a su hijo: “Papi se va a trabajar, Sonny. Adios, adios”.
No se fue hasta que su hijo lo despidió con la mano.
Tan pronto se fue de la casa, co