Zachary fue a sostener a Grant.
Pronto llegó Sonny.
—Tío Zachary.
Zachary sonrió y abrazó a Sonny.
Serenity se levantó del taburete de piedra, siguió el sonido y vio a Zachary sosteniendo a dos niños. Luego, caminó hacia ella.
«¿Por qué está él aquí?»
«Incluso sabe que estoy en la Mansión Johnson.»
Zachary se acercó con los dos niños en brazos, se inclinó y los dejó en el suelo, diciéndoles: —Id a jugar.
Sonny tomó a Grant y le dijo: —Grant, vamos a jugar.
A Grant le gustaba divertirse.
En la Mansión Johnson, además de Grant, había varios niños, pero a excepción de él, los demás eran recién nacidos. No podían caminar ni hablar, solo lloraban, lo cual no era divertido.
Sonny era un visitante poco frecuente, por eso Grant y Sonny se la pasaron genial.
Serenity miró a Zachary por un momento y le preguntó: —¿Cómo supiste que estábamos aquí?
Zachary extendió la mano, le pellizcó suavemente la cara y le dijo: —¿Por qué no me dijiste cuando te fuiste? Me fui a casa feliz y quería pasar tiempo