Isabela maldijo mentalmente a Callum cientos de veces.
Finalmente, salió del coche.
En ese momento.
Callum actuó.
Se acercó a ella, con cuidado y consideración, recogió su bastón, y la dirigió hacia su coche.
—En el futuro, déjame llevarte al trabajo.
—Ay, otra cosa.
Callum hizo una señal a los dos guardaespaldas que estaban a su lado para que se acercaran.
Eran los guardaespaldas que había traslado desde la mansión. Normalmente no llevaba guardaespaldas consigo porque no estaba en tan alta estima como Zachary y no necesitaba llevar guardaespaldas para protegerse de las insinuaciones de las mujeres.
Los dos guardaespaldas se acercaron. Callum les dijo: —Esta es la señorita Isabela Nuñez, mi futura esposa. A partir de ahora, vosotros dos la seguiréis, no para espiarla, sino para protegerla. Si encontráis algún problema que no podáis resolver, informadme.
Estas palabras en realidad se dirigían a Isabela.
Las causas que Callum lo había arreglado así, en primer lugar era para protegerla, y