Capítulo 70: La cicatriz.
La luz de la tarde se filtraba por las cortinas de la habitación matrimonial de la mansión Robinson, creando un ambiente cálido pero tenso.
Emily estaba sentada en la cama, su rostro pálido y sus ojos un tanto apagados.
El médico, el Dr. Steven Tyler, revisaba su historial médico mientras ella intentaba contener las náuseas que la asaltaban.
—Señora Robinson, creo que es importante que se cuide más en este segundo mes que iniciará —dijo el doctor, con voz suave pero firme—. Los síntomas son normales, pero debe prestar atención a su cuerpo. Descansar y mantenerse hidratada es clave.
Emily asintió, aunque sus pensamientos estaban lejos. Su mente giraba en torno a Franklin, quien había prometido estar a su lado en ese momento.
—No entiendo por qué no ha venido —murmuró, más para sí misma que para el médico—. Dijo que hablaríamos y planearíamos juntos.
Jack, el asistente de Franklin, estaba de pie cerca, con una expresión de preocupación en su rostro. Intentó intervenir.
—Él no