Capítulo 62: El bebé ha sanado.
El CEO Robinson se quedó inmóvil, como si el tiempo se hubiera detenido. Las palabras de Emily resonaban en su mente, implacables y llenas de intensidad.
Ella había cruzado una línea que él no esperaba. El impacto de su beso lo dejó sin aliento. La determinación en sus ojos azules brillaba con una fuerza que era imposible de ignorar.
—¿Qué te crees? —dijo él, su voz profunda casi un susurro, mezclando asombro y frustración—. No puedes venir aquí y pensar que todo está bien… No soy un idiota. Sé lo que me espera, no es la primera vez que enfrento esto.
Emily, iluminada por la luz cálida de la habitación, no cedió. Sus manos temblaban, pero no de miedo, sino de la intensidad que sentía.
—No estoy aquí para pelear, Fran… Estoy aquí porque te amo —confesó Emily, haciendo una pausa para tragar el nudo en su garganta—. No puedes simplemente echarme porque te sientes impotente. Solo quería verte, ¿qué hay de malo en eso?
Franklin apartó la mirada, sintiendo cómo la rabia y la tristeza