El ambiente descendió al punto de congelación en un instante. Lucas permanecía con el rostro sombrío, guardando silencio durante mucho tiempo. Los dos hombres mantenían su mutismo, pero un aire de tempestad inminente empezaba a permear el entorno.
En ese momento tenso, Silvia en la cama movió un dedo. Alicia, que lo notó, dejó de prestar atención al enfrentamiento entre los dos hombres y corrió hacia ella de inmediato.
—Prima, ¿has despertado?
Silvia abrió lentamente los ojos y al ver la cara preocupada de Alicia, se sintió algo desconcertada.
—¿Qué está pasando aquí...?
—Ahora estás en la unidad de cuidados intensivos. ¿Cómo te sientes? —David también se acercó en seguida al notar que ella despertaba.
Todavía aturdida, Silvia tardó un poco en responder:
—Creo que ya estoy bien.
Al escuchar esa respuesta, David suspiró aliviado y luego dirigió su mirada a Lucas.
—Sr. Lucas, yo me encargaré de Silvia. Si te preocupa tanto la situación de la Srta. Ana, deberías irte. Podemos cuidar bien