Capítulo 935
Ana se tocó el lugar donde Teresa le había dado un pequeño golpe. No había fuerza en la mano de Teresa; todo era en tono de juego. Pero, de cualquier manera, eso hacía que Ana se sintiera cálida por dentro.

—No te preocupes, mamá, no soy tan tonta como para desaprovechar todo lo que me has enseñado.

Teresa le respondió con un sonido afirmativo y le pasó a Ana la bolsa que había preparado. Ana la recibió y se sentó en el asiento del copiloto.

—Primero vayamos al hospital para ver cómo está ella, no sé si pudo manejar todo sola anoche.

Lucas tenía la misma intención. Ahora que Ana lo mencionaba, le ahorraba tener que sacar el tema, especialmente porque no quería que Ana pensara que estaba ansioso por ver a Silvia.

—De acuerdo, vamos a echar un vistazo.

Lucas se inclinó para abrocharle el cinturón de seguridad a Ana y luego arrancó el coche.

Para no interferir con los asuntos laborales, ambos se habían levantado temprano, así que no encontraron obstáculos en el camino y llegaron rápidame
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