Lucas miraba a Silvia frente a él, asintiendo con la cabeza.
—Hace mucho que no nos vemos.
Ana miraba sorprendida a la mujer que tenía delante. La dama tenía el cabello corto y bien cortado, y su ropa era holgada y casual. Pero esto no afectaba su apariencia sobresaliente. Comparada con las damas elegantes presentes, tenía un aire más audaz y decidido.
Además, ella había intervenido para resolver el problema en el lugar, por lo que Ana la admiraba mucho. Estaba a punto de decir algo, pero Lucas frunció el ceño mirando la herida en el hombro de Ana.
—Necesito llevarla al hospital. Tú y David se encargarán de esto aquí. Hablaremos cuando regrese.
Aunque no sabía por qué ella estaba allí, ya que había venido, Silvia y David podrían encargarse, así que Lucas no tenía intenciones de charlar y estaba listo para irse con Ana.
Silvia, al ver esto, se quedó paralizada por un momento. Había venido especialmente para saludar y dejar que todos vieran que era subordinada de Lucas. Si Lucas se queda