Lucas también calló, sus palabras tenían sentido. En aquel tiempo, creyó que Ana había muerto, y su espíritu estaba totalmente devastado. Su madre pasaba los días intentando consolarlo, vigilándolo por temor a que hiciera alguna tontería. Probablemente no tenía tiempo para armar semejante conspiración.
—Entiendo, cuide bien de ella.
—Que todavía te preocupes por ella, es un milagro. Pensé que te habrías enemistado con tu madre. Cuando tengas tiempo, ven a visitarla, ella también te extraña mucho —dijo Hugo antes de colgar.
Lucas apretaba su móvil, frunciendo el ceño. Por un lado, estaba perturbado por haber malinterpretado a Isabel, agravando su enfermedad, y por otro, no tenía pistas sobre quién había atentado contra Ana, lo que significaba que el virus en su cuerpo seguía siendo un misterio.
No podía estar tranquilo mientras esa bomba de tiempo siguiera activa.
Justo cuando Lucas se sentía totalmente perdido, recibió una llamada de David.
Lucas no había podido ir a la empresa estos d