Lucas, inusualmente incómodo, finalmente siguió el consejo de Ana y se mantuvo alejado, sin acercarse más.
—¿Qué quieres preguntar? Te diré todo lo que sé.
—Solo quiero saber dónde está mi mamá ahora, ¿está bien?
Para Ana, las palabras de Lucas no tenían importancia; lo único que quería saber era si su madre estaba a salvo y bien.
Después de todo, Isabel había prometido llevar a su madre con ella, y Ana no estaba segura si eso era solo una mentira más. Pero si su madre caía en manos de extraños, el peligro era evidente.
—Ella todavía está en el hospital. Si estás muy preocupada, puedo traerla aquí.
Después de encontrar a Ana, Lucas había confirmado la ubicación de Teresa, quien había sido llevada por gente de Isabel, pero afortunadamente no había sufrido daño.
Esto alivió a Lucas, que no podía imaginar cuánto odiaría Ana a él si le sucedía algo a Teresa.
Ana dudaba de sus propios oídos. ¿Este hombre, de repente tan concienzudo, ofreciendo ver a su madre?
Recordando, este hombre tampoco