—¿Acaso crees que soy alguien que utiliza cualquier medio necesario en tu mente? —Sebastián se sintió inexplicablemente molesto, su tono llevaba un dejo de interrogación.
—Quizá no ahora, pero ¿quién sabe qué sucederá en el futuro? No puedo decir que te conozco completamente, ¿verdad? —Adelina inclinó la cabeza observando a Sebastián.
Aunque oficialmente eran esposos, la relación más íntima en el mundo, nunca se había abierto completamente a ella. Por eso, Adelina no tenía ninguna confianza sobre cómo él podría comportarse con ella en el futuro. Los labios de Sebastián se movieron, queriendo rebatir, pero al final no continuó hablando.
Adelina, al verlo así, sintió que él estaba admitiendo lo que ella había dicho. Lo que no sabía es que, un día en el futuro, sus preocupaciones se harían realidad...
...
Después de que todos se fueron, Lucas se sentó junto a la cama de Ana. En ese momento, ella aún dormía plácidamente. Su rostro, que solía tener un toque de rechonchez, ahora se veía más