29.
Todos empiezan a marcharse. Observo a mi hermano discutir con Charlotte y a Gabriela mirarlos con una sonrisa triunfante en el rostro. No quiero armar teorías en mi cabeza por lo que sucederá esta noche con respecto a ellos, así que busco a mi novia con la mirada, pero ella misma se acerca a su prima para despedirse.
Montse y Cris se encaminan en mi dirección y yo miro a mi hermana con ojos entrecerrados, pero ella no dice nada.
—Nos vamos, hermanito. ¿Nos vemos en el depa? —pregunta como quien no quiere la cosa.
—No, iré a la suite. No te preocupes —respondo, sonriendo.
—Algún día tendré mi propia habitación en el hotel, ya lo verán —se queja, rodando los ojos. Su expresión irritada se borra cuando mira a Cristián, quien se ríe un poco de ella—. Bueno, vámonos. Nos vemos mañana, hermanito.
Ella se acerca para darme un beso en la mejilla y tomo su mano para que no se aleje.
—Usa condón, Montserrat —murmuro en su oído y ella se aleja, roja hasta las orejas y un tanto sofocada—. Feliz n