Epílogo.
La canción “Turning page” me indica que mi futura esposa está caminando hacia mí, por lo que me doy la vuelta y sonrío al verla con su vestido de novia. Este es blanco, con capas de tul lila con brillantes y no lleva velo pero sí una tiara que la hace lucir como lo que es: mi princesa.
Además, el vestido deja apreciar su vientre abultado y el escote realza sus pechos, que están más grandes por el estado en el que se encuentra.
Una vez la tengo frente a mí, su padre me la entrega y me recuerda que tiene un cuchillo de carnicería en su casa, haciéndonos reír.
La boda inicia y yo sostengo la mano de mi futura esposa durante toda la ceremonia. No puedo evitar soltar algunas lágrimas ante sus votos matrimoniales y ella las limpia, haciéndome reír.
Y para mí, escuchar el “ahora puede besar a la novia” se siente como el momento más feliz de mi vida. ¿Lo mejor de todo? es que sé que puedo ser aún más feliz, cuando nazca mi Mateo.
Atraigo a Fede a mí, besándola para sellar nuestro matrimonio y