319. ¿Quién soy yo, al final?
Jason
Me subí a la moto con los músculos palpitantes y el sabor de la culpa atascado en la garganta.
Sabía que había cometido una tontería. Encerrarla de esa manera... ver el miedo en sus ojos... Pero si ella tenía razón... si todo eso era verdad... entonces el mundo tal como lo conocía ya se había convertido en cenizas.
Y yo necesitaba que ella estuviera en un lugar donde pudiera controlarla. Donde estuviera segura. Lejos del viejo. Lejos de mí. Lejos de la maldita verdad.
Aceleré como si el ruido del motor pudiera ahogar su voz en mi cabeza.
"Me vas a perder para siempre".
Las palabras martilleaban como clavos en el cráneo.
Avancé por las calles oscuras de la ciudad como si el asfalto fuera mi campo de guerra. La rabia y el miedo me guiaban.
Y cuando estacioné frente al escondite... Ya no era el mismo hombre que la besó en esa moto horas atrás.
El escondite olía a sangre, desinfectante y mentiras.
Cuando entré, los médicos estaban saliendo. Uno de ellos me lanzó una mirada preocupad