39 - Funeral.
Margaret, aunque devastada, notó la falsedad en la voz de su hermana. Era un dolor muy diferente al suyo, un dolor calculado y manipulado para obtener atención. Sin embargo, en ese momento, no tenía la energía para enfrentarse a Emily o a su madre. Todo lo que podía hacer era permanecer de pie, sintiendo el desgarro en su corazón.
La madre de Margaret se acercó a la cama, tomando la mano sin vida de su esposo y llorando desconsoladamente.
— ¡No puede ser! ¡No puede ser! — gritaba entre sollozos —. ¡No te vayas, por favor!
Margaret se sintió abrumada por la escena. Su padre se había ido, y la realidad de su pérdida comenzaba a hundirse profundamente en su ser. Miró a Emiliano, buscando en él un ancla en medio de la tormenta emocional que la rodeaba.
Emiliano, sintiendo el peso de la responsabilidad, mantuvo a Emanuel cerca de su pecho y se acercó a Margaret, ofreciéndole su apoyo silencioso.
— Margaret — dijo suavemente —, vamos a salir de aquí. Necesitas un momento para ti misma.
Marg