Al día siguiente los Andollini ya se encontraban en el comedor, Jane la amiga de Anabella igual se encontraba ahí, ese era el último día que se marchara al departamento y comenzara a trabajar en el hospital, Anabella se sentía triste, en verdad ya se había acostumbrado a la presencia de su amiga en la casa.
en verdad te voy a extrañar —menciono Anabella mientras se servía una taza de té de la tetera que tenía frente a ella —vendrás a comer los fines de semana o cuando tengas tiempo, ¿verdad? —
Si, vendré, y, por cierto, necesito hablar contigo acerca de la renta del departamento —menciono Jane —
Claro, pero habíamos quedo en algo, pero si hablaremos más tarde — dijo Anabella —
No sé si aún me recuerdas
Nos conocimos al tiempo
Tú, el mar y el cielo
Quien me trajo a ti
Abrazaste mis abrazos
Vigilando aquel momento
Aunque fuera el primero
Y lo guardara para mí
Fabiana se encontraba callada y algo pensativa, al parecer había pasado una buena noche, pero aun así cuando despertó