¡MIS LOBI@S LUJURIOS@S! ❤️🔥 ¿Qué les parecieron estos capítulos? AMÉ la conexión entre Odette y la Bestia... 💔🔥 Y luego... bueno... lo que pasó después... ¡SANTA LUNA ROJA! 🔥 ¿Quieren más escenas así de INTENSAS, LUJURIOSAS y LLENAS DE SENTIMIENTO? ¡CUÉNTENME TODO, MIS LOBI@S! 🐺💋 Porque esto... ¡SOLO ESTÁ EMPEZANDO! 😈🔥 ¡BESO LOBUNO! 💖✨
C98- AVENTURA EN EL BOSQUE.Odette lo notó el leve temblor en la mandíbula de Zayden. —¿Qué pasa con Úrsula? —preguntó.Zayden exhaló, largo y hondo, y se pasó la mano por el cabello con un gesto tenso. —Úrsula no podía saber que yo estaría aquí… a menos que… —Zayden evitó su mirada. Como un lobo acorralado.Pero Odette lo miró fijamente y le giró el rostro, obligándolo a mirarla. —¿Quién más sabía tu secreto?Él tragó saliva. Ya lo sabía, su mujer se iba a enojar. Pero no podía seguir ocultándolo. —Kendra… —dijo finalmente.Odette arqueó una ceja y el enojo le calentó la sangre. —¿Kendra? Claro. Lo olvidé… tu amiga. —Le soltó la cara con desdén y se levantó de golpe, fue hacia donde había dejado su ropa y empezó a vestirse con movimientos rápidos y torpes.Zayden maldijo por lo bajo y fue tras ella. —Vashel, no es lo que crees. Yo no le dije nada… Ella… ella me siguió. Lo descubrió sola.Odette se giró con la ropa en la mano y la mandíbula tensa. —Ah, ¿sí? ¿Y también "conectó"
C99- DESTIERRO.Ursula intentó ocultar el temblor en su mandíbula, pero no pudo evitar que su rostro palideciera aún más. Sus labios se abrieron, torpes, temblorosos, tratando de encontrar una excusa que no sonara como lo que era: una mentira. —Zay... Zayden... yo...Pero el aura alfa de él la envolvió como una garra invisible y sofocante. —¿Tú qué? ¿Eh? —gruñó con un tono que heló el aire—. ¿Te das cuenta de que pusiste en riesgo al heredero de esta manada? ¿O es que eso era lo que querías?El corazón de Ursula se agitó en su pecho como un animal enjaulado. El sudor frío le perló la frente mientras su mente se desbordaba de una sola pregunta: «¿Por qué no está muerta? ¿Por qué Zayden no la mató si es la bestia? ¿Acaso esa estúpida de Kendra mintió? ¡Maldit4 sea, estoy acabada!»—E-Ella te estaba buscando... y yo... —balbuceó, buscando desesperadamente una salida.Pero justo cuando estaba por continuar, Rodrick dio un paso al frente. —¿Acusar a mi madre? ¡¿De verdad, Zayden?! —esp
C100- NO TENGAS MIEDO, SOLO AMAME.Las cortinas de lino se movían con la brisa, dibujando sombras danzantes en las paredes. Odette estaba de pie frente a la cama, con un camisón blanco que se ceñía suavemente a su figura, justo cuando Zayden entró.Él no dijo nada.Cerró la puerta tras de sí y se acercó con pasos lentos y al llegar a ella, la tomó del rostro con ambas manos y la besó. No fue un beso salvaje ni urgente, fue uno cálido, profundo... de esos que decían "te necesito" sin una sola palabra.Después, se sentó al borde de la cama y soltó un suspiro bajo. Y Odette lo siguió, se acomodó a su lado y lo abrazó por la cintura, recostando su cabeza en su hombro. El calor de él, su olor, todo en Zayden tenía el poder de hacerla sentir segura... incluso cuando él mismo estaba temblando por dentro.—¿Cómo estás? —susurró ella.Él bajó la mirada y sus manos estaban sobre sus muslos, rígidas, apretadas.—Preocupado —admitió.Odette se incorporó un poco y lo miró de perfil. Deslizó sus de
C101- PREVALECER.Zayden bajó la mirada, con el silencio pesando entre ellos, sus dedos seguían entrelazados con los de Odette, pero su mente estaba lejos... muy lejos, atrapada en los recuerdos que llevaba enterrados demasiado tiempo.—La bestia no nació conmigo —murmuró—. Es una maldición. Una que ha perseguido a todos los alfas puros de mi linaje.Odette no dijo nada. Solo apretó su mano con más fuerza, dándole espacio... y tiempo. Zayden cerró los ojos y respiró hondo, como si cada palabra que iba a soltar arrancara un pedazo de él.—Dicen que todo comenzó con mi ancestro, Aeron Blackwood. Un alfa temido, poderoso, pero... arrogante. Quien rompió una ley sagrada. Nadie sabe exactamente cuál fue, solo que traicionó un pacto con la Luna. Dicen que tomó para sí algo que no le pertenecía... algo que debía proteger, no poseer.Sus ojos brillaban, por el dolor de una historia que no había vivido, pero que lo marcaba como una cicatriz eterna.—Desde entonces... la maldición cayó sobre los
C102- ENVIDIA OSCURA Y SILENCIOSA.La noticia se esparció justo al amanecer. El cuerpo de Ursula yacía sobre una mesa de piedra, cubierta por una sábana hasta el pecho. Su rostro estaba tranquilo, casi sereno, como si hubiese muerto dormida. Pero Zayden sabía que Ursula no era el tipo de mujer que moría en paz.El sanador estaba a un lado, limpiándose las manos con un paño humedecido en hierbas. —¿Qué fue? —demandó Zayden, sin rodeos—. ¿Qué la mató?El sanador parpadeó, algo nervioso. —No hay evidencia de violencia ni heridas, Alfa. Tampoco signos visibles de veneno o infección. Su pulso se detuvo de forma repentina... pero el cuerpo no presenta reacciones típicas de una sustancia externa. Nada inflamado. Nada anómalo. Tal vez... —bajó la voz— tal vez fue su edad... o el encierro. No todos soportan la humedad de las mazmorras.Zayden no dijo nada. Pero su mandíbula se endureció. No creía una sola palabra. Ursula era muchas cosas. Pero débil no era una de ellas. —No fue la humedad —
C103-SANGRE Y DESTINO.Willow corría por los pasillos, con el corazón golpeándole el pecho, y cuando llegó al patio trasero, vio a Zayden cerca de los entrenamientos, discutiendo algo con uno de los centinelas.—¡Zayden! —gritó.Él volteó, extrañado, y apenas alcanzó a fruncir el ceño antes de que Willow llegara hasta él, agitada, temblando.—Tengo que hablar contigo… ahora —jadeó ella.Él la agarró por el brazo y la llevó hacia un rincón más apartado, lejos de oídos curiosos. Willow, todavía sin recuperar el aliento, abrió la mano. Y ahí, temblando sobre su palma, estaba la peineta de Iridessa.Zayden la miró y su rostro se endureció.—¿Dónde encontraste eso?—En una caja… entre cosas viejas… Zayden… —susurró Willow—. Huele a Rodrick.Él sintió como si le hubieran clavado un hierro al rojo en el estómago. Se quedó inmóvil, con los ojos clavados en el objeto, y de repente tuvo una mala premonición. No había razón alguna por la que el aroma de Rodrick estuviera en alguna prenda de Irid
C104-SEXO, SIN AMOR.Noah estaba en el claro, rodeado de jóvenes lobos, corrigiendo posturas en el campo de entrenamiento. Pero cuando la vio acercarse, su corazón dio un salto tan fuerte que casi le hizo perder el equilibrio. Sin querer, una sonrisa le cruzó el rostro. Ella tenía el poder de desarmarlo por completo.—Willow… —dijo suavemente, sus ojos sin poder apartarse.Pero ella no sonrió. Mantenía la cabeza baja y los hombros tensos.—¿Podemos hablar? —murmuró, apenas audible.Noah asintió de inmediato y sin pensarlo.—¡Sigan entrenando! —ordenó a los jóvenes—. Vuelvo en unos minutos.Ella comenzó a caminar y él la siguió. Cruzaron el borde del claro, adentrándose entre los árboles. El silencio entre ellos era denso, cargado de algo que Noah no podía descifrar, pero que le apretaba el pecho.Willow, en cambio, se mordía el labio, buscando las palabras correctas para lo que iba a decir. Cuando se detuvieron, Noah la miró, tan ansioso, tan esperanzado, que le dolía.—Pensé que nunca
C105- ROTO PARA SIEMPRE.La noche había caído y Willow estaba sentada al borde de la cama, con un camisón sencillo de lino que le rozaba la piel. Jugaba con el dobladillo entre los dedos, mientras su mente era un remolino de miedo, dudas y un deseo tan desesperado que dolía.«¿Qué estaba haciendo? ¿Qué estaba a punto de hacer?»Cada fibra de su ser temblaba, dividida entre el amor que todavía le guardaba a Noah, la culpa de usarlo de esta forma, y la esperanza, esa esperanza imposible, absurda, que la empujaba a seguir adelante.Pero no podia dejar de imaginar a un pequeño cachorro en sus brazos, oliendo a vida, latiendo contra su pecho, llenando el hueco inmenso que el dolor había dejado. Y se aferró a esa imagen con uñas y dientes.Y cuando la puerta se abrió, su corazón se detuvo un segundo. Noah estaba allí. Su gran figura recortada en la puerta y su rostro serio y hermético.Sin embargo, sus ojos... Sus ojos la miraban como si se estuviera rompiendo por dentro.Él apretó los puño