C65-CUARENTENA.
C65-CUARENTENA.
El corazón de Zayden latía con tal fuerza que le quemaba el pecho, como si en cualquier momento fuera a estallar.
«Tienes que estar bien, Odette». La voz en su cabeza temblaba, negándose a aceptar lo que veía: Odette, pálida y frágil, temblando entre sus brazos mientras él corría hacia la enfermería.
—¡Abre la puerta! —rugió, golpeando el marco con el hombro antes de que el sanador pudiera atender.
El anciano se apresuró, pero Zayden no podía soltarla. No ahora. No cuando su respiración era tan débil que apenas la sentía contra su cuello.
—Alfa, déjeme revisarla —dijo el hombre con calma, pero Zayden solo apretó los dientes.
—Haz algo. Ya.
El sanador asintió y se acercó, pero cada segundo que pasaba sin respuesta era una tortura. Zayden recorrió el cuerpo de Odette con la mirada, buscando una señal, algo que le dijera que esto no era grave. Pero sus labios estaban secos, su piel ardía, y sus pequeñas manos se aferraban a su camisa como si fuera el único ancla que la ma