Max y Alejando habían llegado hasta la sala donde la secretaria había dicho que se había convocado a una reunión de emergencia pues ellos no podían ser liderados por una persona que tenía tratos con el narcotráfico.
Tan pronto como los hombres vieron que ellos llegaron, empezaron a especular sin dedicarle ni una sola mirada de respeto ahora. Para ellos el gran Alejandro Vital había quedado atrás.
Y aunque Alejandro sintió un poco de satisfacción al darse cuenta que la gente le estaba perdiendo al respeto y que solo era cuestión de tiempo para que el mismo Maximiliano dijera quién era él para que el mundo y todos los inversionistas se pusieran a sus pies, no lo hizo, no era ese momento el que debía hacerlo perfecto pero eso no quitaba que en cualquier momento no fuera a ser el más correcto.
—La verdad es que pensamos que no íbamos a verlo jamás, señor Vital —dijo uno de los inversionistas.
Max no dijo nada. Alejandro simplemente siguió su camino hasta tomar su lugar frente