C54-GOLPE BRUTAL.

Retrocedió un paso y el abuelo dio un paso hacia él, con las manos extendidas.

—Mason, escúchame…

—¡No me digas que lo hiciste por mí! —rugió interrumpiéndolo—. ¡Porque no fue por mí! ¡Fue por ella! —señaló a Margaret.

Ella sonrió disfrutando del espectáculo.

—¿Y acaso miento? Siempre fuiste un error que había que maquillar.

—¡Cállate! —gritó Tom, ahora alterado—. ¡Cierra la boca, maldita mujer!

El abuelo intentó acercarse más, pero Mason no lo dejó.

—¡Me usaste! ¡Todos me usaron! Me hicieron sentir menos que nada, me hicieron creer que no pertenecía aquí, que era un extraño en mi propia casa… ¿y para qué? ¿Para proteger qué? ¿El orgullo de ella? ¡¿La obsesión de esta mujer enferma?!

El abuelo negó desesperado.

—No, Mason, yo… yo quería protegerte de la verdad. Eras un niño, no habrías entendido—

—¡Pues mírame ahora! —lo interrumpió otra vez, con la voz quebrándosele en mil pedazos—. ¡Mírame! ¿Te parece que entendí?

Su pecho subía y bajaba con fuerza, el aire le falt