C30- SABE QUE ESTOY MINTIENDO.
C30- SABE QUE ESTOY MINTIENDO.
Mientras tanto, en el jardín de la mansión, Katerina empujaba el cochecito con pasos lentos, observando a Arthur, quien dormía plácidamente con el gorrito azul ladeado. La brisa movía suavemente los mechones de su cabello, pero su mente no paraba de dar vueltas.
Las imágenes seguían repitiéndose en su cabeza, como una tortura constante: James desnudo, dormido, en una cama que no era la suya y, luego, el mensaje posterior: “Tu marido y yo teníamos asuntos que atender”.
Apretó los labios con fuerza, sintiendo cómo la rabia la calentaba desde adentro, un fuego que le consumía por dentro.
—Asuntos que atender, asuntos que atender... —murmuró entre dientes, cada vez más alterada—. ¡Acaso no sabes que si te echan en tu noche de bodas te quedas en casa, imbécil...! —exclamó, sin poder contenerse—. Pero no, tú vas a revolcarte con quién sabe quién... ¡maldito infiel!
Su voz sonó más alta de lo que había pensado, porque Arthur comenzó a moverse inquieto dentro de