C150-¿CUÁNDO QUIERES QUE EXPLOTE LA BOMBA?
Él rompió el beso solo para dejar que sus labios descendieran por su cuello, saboreando cada centímetro de piel como si fuera la primera vez. Sus manos se deslizaron bajo la tela abierta de su blusa, pero no con prisa, sino con la devoción de un hombre que conocía el valor de lo que tocaba.
—Déjame amarte… despacio —murmuró contra su clavícula, mientras sus dedos seguían el camino de sus besos, descubriendo cada curva ahora más suave, cada cambio que el embarazo empezaba a marcar en su cuerpo.
Kate arqueó la espalda cuando su boca encontró el valle entre sus pechos, más sensibles que nunca, y gimió suavemente.
Grayson no tenía prisa.
Sus manos trazaban mapas conocidos, pero esta vez como si quisiera memorizar cada detalle, cada cambio de textura, cada suspiro nuevo. Sus labios ascendían por sus muslos con una devoción lenta, como si el simple acto de saborearla fuera un ritual sagrado, y cuando su aliento rozó ese punto sensible, Kate contuvo