La terraza de nuestra habitación estaba transformada en un escenario de ensueño cuando Christian me condujo hasta allí, sus manos cubriendo mis ojos en una sorpresa cuidadosamente planeada. Velas de diferentes tamaños creaban una danza dorada de luz y sombra, esparcidas por toda la superficie de la mesa pequeña que había sido preparada con nuestra vajilla más fina. El aroma de rosas frescas se mezclaba con el perfume sutil de las velas de vainilla, creando una atmósfera que hacía que mi corazón se acelerara antes incluso de verlo todo completamente.
"Puedes abrir", susurró Christian en mi oído, su voz cargada de una ternura que me hacía derretir.
Cuando finalmente pude ver la escena completa, sentí lágrimas de emoción formarse en mis ojos. No era solo la cena romántica, era el significado detrás de ella. Era la celebración silenciosa de t