~ Christian ~
Estaba revisando los informes financieros del trimestre cuando Marco entró en mi oficina con una expresión que reconocí inmediatamente. Era la misma cara que ponía cuando éramos niños y había roto algo valioso del Nonno.
"Tenemos que hablar", dijo, cerrando la puerta tras de sí con más fuerza de la necesaria.
"Buenos días para ti también", murmuré, sin apartar los ojos de los números en la pantalla del ordenador. "¿Qué pasó esta vez? ¿Más problemas con los contratos europeos?"
"Peor." Marco se dejó caer en la silla frente a mi mesa, con la corbata ligeramente torcida y el cabello revuelto como si se hubiera pasado las manos por él varias veces. "Mucho peor."
Algo en el tono de su voz me hizo levantar finalmente la mirada. Marco rara vez se alteraba verdaderamente, especialmente por cuestiones de negocios. Su especialidad era mantener la calma en situaciones de crisis.
"¿Qué pasó?"
Dudó por un segundo, luego sacó la tablet que llevaba y la deslizó por la mesa en mi direcc