Punto de vista de Valen
La mansión estaba demasiado silenciosa y la odiaba.
Odiaba cuando todo parecía burlarse de mí e intentaba evitarlo por todos los medios.
No fue fácil acostar a Nireya anoche, considerando todo lo que había pasado.
Aun así, lo hice. Hoy era día de entrenamiento y me informó que participaría.
Le di el visto bueno aunque sabía que la observaba desde diferentes rincones.
¿Y mi mente? Mi maldita mente no se callaba. Su nombre se me grabó a fuego, como si se suponía que debía olvidarla pero no pudiera.
La vi de nuevo entrenando con el sudor brillando en su piel. Sus ojos ardían con fuego, algo que nunca había visto en nadie más.
Sus labios se curvaron ligeramente cuando se exigió demasiado. Parecía intocable, y aun así se atrevió a luchar de todos modos.
Ni siquiera había notado a Cherry acercándose sigilosamente a mí hasta que su perfume me golpeó como un dulce veneno.
Mi cabeza giró bruscamente hacia donde venía, pero mi cuerpo permaneció rígido.
"Valen", ronroneó,