10 HELENA

―Pero, señor Nonoa, ¡No puede hacer eso!

Mi jefe me miró serio unos segundos antes de hablar.

―Ya lo hice, Helena―Respondió encogiéndose de hombros―Bien sabes que mientras más inscripciones haya, mejor.

―No había ni un solo niño en esta categoría―Comencé a decir con impaciencia― ¿Como es que ahora hay más de 30?

―Resulta que muchos se entusiasmaron al verte a ti y a tu grupo corriendo por la playa―Comentó emocionado―Sus padres pagaron las inscripciones en el transcurso de la semana pasada.

Y como era que yo me enteraba a estas alturas.

― ¿Cómo pudo aceptar inscripciones a una semana de la carrera? ―Le pregunté acusatoriamente mirando las hojas que tenía ante mí.

―No sé qué tiene de malo―Rechazó con un movimiento de su mano―Hay quienes se inscriben el mismo día―Volvió a lucir em

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