Hacía poco más de dos horas que Alexander había llegado, recibiendo con una sonrisa a todos los asistentes. Trataba de mostrar la mejor de sus expresiones de júbilo, aun cuando en el fondo estuviese un tanto preocupado y es que Emilia no aparecía por ningún sitio. Había intentado contactarla en más de una ocasión, pero no contestaba el teléfono y eso solo le ponía aún peor.
—Alexander —lo llamo Lucas de pronto.
—Dígame —le respondió, hiendo en su encuentro.
—¿Dónde está Emilia?, ¿porque no llegaron juntos? —le cuestiono extrañado.
Lo más fácil seria atribuirlo a que no se había terminado de alistar, que se retrasó por esa causa; pero si alguien la conocía era Lucas y sabía que jamás le creería algo semejante. Emilia era demasiad