—¿Quién te estaba llamando?
—Solo ha sido alguien, ¿en qué estábamos?
—Pues, creo que veamos una película —me recordó, deslizando una sonrisa a lo que ella asintió con la cabeza.
—Por supuesto, no me podría olvidar de ella, o sí —sonrió—. Bueno, has dicho que tú vas a elegir la película que vamos a ver.
—Así es, la verdad es que tengo buen gusto para estas cosas, ya lo vas a ver.
Pasaron el resto de la tarde mirando varias películas en secuencia. La verdad es que fue un día diferente para Sarah.
Steven llegó a las seis de la tarde y Camila los recibió con mucho cariño, dándole un abrazo. Parecía evidente que entre ellos había un amor especial, a Steven le quedaba muy bien el papel de padre.
—¡Qué alegría volver a verte! ¿Estás cansado? —quiso saber, sin soltarlo.
—Un poco. Hola, Sarah. Gracias por cuidar de Camila.
—Oh no, Camila es una chica increíble y la pasé muy bien junto a ella. Espero que nos veamos pronto, bueno, mañana vendré de nuevo, si Steven me dice.
—Sarah, me ha dicho H