¿Te imaginas vivir en una ciudad donde las aparecías es lo más importante y dónde los matrimonios arreglados son una tradición? El CEO deberá encontrar a una esposa que no esté tachada por el escándalo, cuando se le presenta la oportunidad de desposar a una virgen acepta de inmediato. Sin embargo, su corazón quedó destruido después de que su ex prometida lo dejará por otro hombre. Katherine, será la elegida para ser su esposa, pero ¿Podrá lograr que él vuelva amar? ¿Será posible enamorarse en un matrimonio arreglado?
Ler maisNarra Liam.
Tomé la carpeta observando cada nombre de la Lista Dorada: se llamaba así porque en la sociedad de Jefferson existía una tradición de matrimonios arreglados que se remontaba desde muchos años atrás, tradición que todos querían conservar para su conveniencia financiera. Ahora yo tenía que elegir una de las mujeres que aparecía en dicho listado para que fuera mí esposa. Parecía como si estuviera en un restaurante pensando que plato escoger, esto era absurdo, pero todo en está ciudad se manejaba de está manera, las apariencias, honor, la estabilidad, matrimonio e hijos eran lo más importante. Crecí en este lugar y ahora no podía darme el lujo de seguir siendo señalando como el hombre que su prometida lo había dejado unos días antes de la boda para estar con otro hombre. Mí posición no me permitía estar en la boca de todos por una situación tan desagradable. Pero no todo era malo, era el CEO más deseado y ahora que estaba soltero de nuevo estaba en las miradas de las jóvenes mujeres que estaban listas para casarse. Mí deber era seguir el legado de mi familia y para ello necesita herederos y por lo tanto una esposa quien me los diera.Hice una pausa, de mí elección para tomar un trago. Cerré los ojos y comencé a recordar la manera que mí corazón se rompió cuando Jessica me confesó que estaba enamorada de alguien más.—Por esa razón, no puedo casarme contigo—pronunció quitándose el anillo lentamente de su dedo para luego tomar mí mano y colocarlo sobre mí palma.
Las palabras de la que ahora era mí ex prometida resonaban en mi cabeza, mientras veía el anillo de compromiso que me había devuelto, traté de identificar mis emociones, una potente mezcla de furia y conmoción sentí en ese momento. Conocía a Jessica desde que estábamos estudiando en la secundaria, su belleza era deseada entre los hombres de nuestro círculo social, muchos querían poseerla. Cuando le propuse matrimonio (sin recurrir a la lista dorada) fue el mejor día de mí vida, era la envidia de todos, finalmente la mujer más hermosa y deseada era mía. Todo parecía funcionar a mi favor. Era el CEO de corporaciones Brown, el más joven de todo el país tenía veinticinco años, estaba en la mejor época de mí vida. Muchos me consideraban arrogante y orgulloso, pero no todos sabían que esas cualidades me habían llevado a lograr mis objetivos. Sin embargo, todo se comenzó a derrumbarse cuando ella me dejó. No pude detenerla cuando vi que salía por la puerta, mí orgullo y honor habían sido lastimado. Ese mismo día había recibido una llamada del hospital, mí hermana Isabela, había tenido un accidente, sufrió quemaduras muy graves, su cuerpo estaría marcado de por vida. El mundo en que vivíamos no era amable con las mujeres, ellas no podían tener defectos físicos que fueran visibles, y si los tenían eran dejadas a un lado y consideradas indignas, condenándolas a una vida en las sombras ya sea como solteronas o atrapadas en un matrimonio con la primera escoria que las aceptará.Mi futuro meticulosamente planeado estaba en ruinas. Me había quedado con el corazón roto y con una hermana deprimida por su estado físico.
Abrí los ojos de nuevos al escuchar el timbre de mí celular. Se trataba de mí padre, respondí la llamada, él insistió que eligiera pronto a mí futura esposa, necesitábamos un vínculo con una de las tantas familias con prestigio de la ciudad de Jefferson, habían unas cuantas que reunían los requisitos de hijas solteras, pero todas tenían algo que manchaba su reputación, algunas bebían mucho haciendo escándalos en las frecuentes fiestas que se organizaban en la ciudad, otras salían con hombres siendo captadas en situaciones poco favorables, dando una imagen no apta para una futura esposa y madre.—Hijo, el señor Wood quiere reunirse contigo, al parecer su hija acaba de cumplir la mayoría de edad y quiere hacerte la petición de considerarla en la lista dorada —me informó mí padre, en dicha lista solo estaban inscritas las mujeres mayores de dieciocho años.
—De acuerdo padre dile que venga a verme a las tres de la tarde—respondí entre suspiro, no creía que haciendo esto tendría la candidata para ser mí esposa, pero no perdía nada con escucharlo.
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Por tarde el señor Wood llegó a la empresa, Alejandra mí secretaria lo hizo pasar. En cuanto lo vi lo saludé.
—Toma asiento por favor—le pedí tomando mí lugar detrás del escritorio.
—Gracias por aceptar verme, se que eres un hombre muy ocupado—comenzó diciendo, Wood era un inversionista muy exitoso tenía una buena reputación.
—¿Quieres algo de tomar?—le pregunte cortésmente.
—No, así estoy bien—respondió.
—De acuerdo, si no te importa háblame de tu hija, me enteré que recién cumplió la mayoría de edad—comente para apresurar la conversación.
Él hizo una pequeña pausa antes de contestarme.
—Katherine, es una joven con muchas cualidades, le gusta el arte, es bella, tiene una buena educación y sobre todo no está marcada por algún escándalo, ella siempre ha sido una joven bien portada—comenzó diciendo—. Además, todavía conserva su pureza y no ha tenido novio. La hemos educado para que sea una buena esposa y madre—agregó recalcando las razones por las cuales debería considerar la—. Ambos sabemos que no hay otra mujer que reúna todos requisitos que seguramente estas buscando—añadió con mucha seguridad.
Por supuesto que sus palabras me llamaron la atención, él tenía razón, no había otra candidata que me interesara. Además la chica era virgen y eso garantizaba que yo sería el primer hombre en su vida y eso me daba seguridad que los hijos que me podría dar serían míos.
—Dime, ¿viniste aquí a solo solicitarme la petición sobre tu hija o se debe a algo más?—quise saber, aunque ya sabía su respuesta.Todos buscaban un vínculo familiar y financiero.
Él sonrió levemente.
—Ambos somos hombres de negocios. Sabes que un matrimonio conlleva siempre a los negocios, todos sabemos que un vínculo contigo es asegurar dicha parte—respondió con mucha sinceridad, está era una cualidad que me gustaba de las personas.
Sonreí levemente, desvíe mí mirada a la lista dorada, no había ninguna mujer digna para ser la madre de mis futuros hijos. Me quedé en silencio por un momento para tomar una decisión, no conocía físicamente a su hija, solo recordaba a ver visto a su hijo mayor Alexander en algunas fiestas.
—De acuerdo, me casaré con tu hija—respondí viéndolo directamente a los ojos, él dibujó una leve sonrisa—. Pero con una condición—mencione—. El anuncio del compromiso será en cuatro meses, y la boda se realizará tres meses después—le recalque.
Necesitaba tiempo para olvidarme de Jessica, apenas habían pasado un par de semanas desde que me dejó, internamente todavía no estaba listo para anunciar otro compromiso. Wood pareció pensarlo, quizás estaba descifrando mis palabras.
—Muy bien, estoy de acuerdo—contestó poniéndose de pie y extendiendo su mano para cerrar el trato.
—Luego hablaremos de los detalles de la boda —le dije correspondiéndole.
Él asintió con la cabeza para luego marcharse. Me senté de nuevo en mí asiento, suspiré resignado de mí destino, no tenía idea de cómo sería mí futuro matrimonio, pero era lo que menos me importaba, lo único que me interesaba era tener herederos y que mí empresa siguiera siendo exitosa.
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Bienvenidos a esta historia corta de romance. Espero que les agrade.
Narra Katherine.Liam llevaba a ambos niños en sus brazos mientras yo sujetaba a Rocky nuestro perro labrador por la correa. Mis hijos querían a su padre como locos y siempre querían que él los abrazara cuando estaba en casa. Tenía que trabajar mucho, por lo que era natural que buscaran su cercanía cada vez que tenían la oportunidad, y él trataba de hacer tiempo para ellos con la mayor frecuencia posible. Nombramos a nuestros hijos: Alec y Ethan. Nuestros pequeños tenían tres años de edad.Ambos me dieron una gran sonrisa desde el brazo de su padre. Eran la viva imagen de Liam. Mí Madre abrió la puerta antes de que pudiéramos tocar el timbre, sonriéndonos. Como de costumbre, estaba estilizada a la perfección con un elegante peinado, una falda de tubo de lana y una blusa de seda fluida. Al menos no llevaba pendientes largos ni collares delgados. A pesar de su estilo perfecto, me dio un fuerte abrazo antes de arrancar a Alec del abrazo de Liam
Narra Liam.Katherine me esperaba en el sala cuando llegué a casa, luciendo a punto de estallar. Antes de que pudiera preguntarle qué pasaba, me mostró una prueba de embarazo, en su rostro se dibujó una gran sonrisa.—Estás..—¡Embarazada!—respondió, corrió hacia mí y se arrojó a mis brazos. Nos había llevado casi tres meses y había empezado a preocuparme, así que ahora se me quitó un peso de encima. Nos convertiríamos en una familia. No podía esperar más.Me arrojó una imagen de ultrasonido. Eché un vistazo a la imagen en blanco y negro, pero no tenía ni idea de qué buscar. Había una gran forma redonda con dos formas más pequeñas.—Entonces, ¿Todo está bien?—le pregunté algo preocupado.—Todo esta estupendo—respond
Narra Katherine.Cuatro años después.Siempre quise tener hijos, y no solo porque necesitaba seguir las tradiciones, ni tampoco porque Liam necesitará un heredero, sino porque deseaba formar una familia con él. Durante estos años jamás me presionó para tenerlo, siempre me dejó decidir sobre mí vida y mí cuerpo. Había terminado mí carrera universitaria hace unos meses atrás y estaba trabajando junto con él en algunos proyectos, me sentía realizada profesionalmente, pero estaba lista ahora para el siguiente paso.Vi a mí esposo mientras me quitaba los aretes, habíamos ido a cenar a unos de los nuevos restaurantes que habíamos inaugurado recientemente.—He estado pensando en no tomar más la píldora—le informe.Él me vio directamente a los ojos Sorprendido, se acercó a mí está quedar a pocos centímetros.—¿Te sientes lista?—me preguntó.Sonreí ante su pregunta.—Hemos experimentado mucho en los últimos cuatro años y me a
Narra Liam.La sensación de mi polla dentro del culo de Katherine y la vibración distante del juguete en su coño hicieron que mi placer se disparara. Se necesitó cada gramo de autocontrol para no salir de inmediato, especialmente al ver el rostro de ella en el espejo. Sus labios estaban rojos por chuparme y su cara estaba sonrojada. Con cada empuje de mi polla, se balanceaba hacia adelante, sus dedos se clavaban en el mostrador de mármol. Tenía los labios entreabiertos y cada gemido era una dulce melodía en mis oídos. Acaricié su garganta, luego eché su cabeza hacia atrás para darle otro beso profundo, deteniéndome un momento para saborear realmente el momento de estar enterrada completamente dentro de ella. El zumbido del vibrador se mezcló con nuestro jadeo. Las pestañas de Katherine se agitaron antes de que sus ojos se abrieran, mirándome directamente. Se arqueó
Narra Katherine.Entramos y nos encerramos. Cogí su cremallera, pero él me detuvo y empujó mi espalda contra el lavabo.—Levántate la falda del vestido—me pidió. Agarré el dobladillo de mi vestido de cóctel y lo subí hasta que mis bragas. Se veía una mancha húmeda en la tela roja oscura de mi tanga—.Estas jodidamente mojada— gruñó Liam. Sacó el control remoto y bajó la vibración, luego se hundió en el inodoro cerrado y bajó mis bragas. En el silencio del baño el suave zumbido del vibrador era inconfundible—.Tu clítoris está pidiendo atención— murmuró. Se acercó, agarró mis caderas. Se puso de pie y me besó sensualmente hasta que se me curvaron los dedos de los pies. Él se apartó y metió un dedo en mi boca—.Chupa—me ordenó. Lo hice. El deseo torció sus facciones. Este lado oscuro y dominante de Liam me excitaba. Cerré mis labios firmemente alrededor de su pulgar y chupé con fuerza. Él soltó un fuerte suspiro, sus labios se abrieron mientras me miraba. Era extrañ
Narra Katherine.Cinco meses después.Nos encontramos en la recepción de la boda de mí hermano e Isabela. Ambos lucían felices y enamorados. Estaba realmente felices por ellos.Liam y yo habíamos estado casados durante cinco meses y la gente ya preguntaba por los niños todo el tiempo. Él y yo nunca habíamos hablado realmente de niños. Sabía que tomaba la píldora y nunca me había pedido que dejará de tomarla. Supuse que ambos necesitábamos más tiempo para conocernos y disfrutar de nuestro matrimonio. Él me preguntó que deseaba hacer ahora en adelante, la costumbre o tradición era que las mujeres fueran solamente esposas, la mayoría en Jefferson solo se dedicaban a ser madres y constantemente se involucraban en fundaciones sociales. Muy pocas iban a la universidad, yo no quería seguir esa tradición, quería superarme primero, así que le dije a Liam que ingresaría a la universidad a estudiar Negocios Internacionales, él por supuesto me apoyo, me dijo&
Último capítulo