CECIL
CECIL
Por: Sam
CAPITULO 1

                                                                      PEQUEÑA INTRODUCCION

CECIL PATEL

 20 años

Mujer

Ojos azules, de 1.65 de estatura, complexión media, cabello largo y negro como la noche,  ciega, no se sabe si de nacimiento o por una alta fiebre que le dio antes de cumplir un año de edad, los doctores no han podido dar con la causa de su ceguera, por esto, sus padres se mudaron a su casa de campo, para que la pequeña Cecil creciera protegida del aterrador mundo exterior, de la ciudad tan grande y la sociedad tan superficial por la que estamos rodeados.

Lo que ellos no esperaban, es que muchos años después, de tanta tranquilidad en aquella casa de campo y pueblo diminuto, su pequeña Cecil, experimentara cosas que nunca imaginaria.

El amor.

Cecil estaba por conocer un mundo de sensaciones nuevas junto a Alejandro.

Cecil significa ciego

Alejandro significa salvador

ALEJANDRO MERCIER

hombre

22 años

Ojos negros profundo, 1,80 de estatura, cada musculo de su cuerpo estaba perfectamente definido, después de tantas horas de gimnasio al día, cabello marrón, con ondas como las olas del mar, Vivió toda su vida en la ciudad, pero su madre murió y el, su padre y sus dos hermanos varones menores que él, fueron a vivir a su casa en ese pequeño pueblo hace mucho no visitaban.

Alejandro actualmente estaba en la universidad, estudiaba negocios y finanzas para seguir con la empresa de su padre a futuro, futuro el cual no era muy lejano.

Pero por el acontecimiento del fallecimiento de su madre, ahora seguía con sus estudios de manera virtual, las ventajas de la tecnología de estos tiempos.

                                                                       

                                                                       CAPITULO I

Era un día tontamente muy soleado, era demasiado perfecto realmente, estaba caminando por el sendero de piedras que esta en el amplio campo de flores, sendero que hicieron especialmente para Cecil, la pequeña Cecil.

Para que no perdiera el camino de vuelta a casa cada que quería salir a sentir la suave brisa y el aroma del campo, Cecil podía sentir el sol por todo su rostro y eso le encantaba, la suave brisa el rozar de las flores y naturaleza a su paso, su madre odiaba que ella saliera a caminar descalza, pero Cecil lo amaba, amaba sentirse una con la naturaleza, sentir que, en cada paso, en cada tacto, podía ver.

Cecil amaba los días soleados, conocía tan ben esos campos hasta el punto que ya tenia un escondite el cual sus padres no conocían, ella era feliz a pesar de todo, sus padres la trataban como si fuera de cristal, pero ella quería conocer mas allá, pero el miedo infundado por sus padres a causa de su ceguera, no la dejaba salir más allá de sus campos.

Sentada con la vista al cielo, aunque no podía ver, imaginaba lo que había plasmado en ese cielo, ella imaginaba que en algún momento conocería alguien que la llevaría a explorar un nuevo mundo, el mundo que ella estaba deseosa por descubrir, hasta que ese día llego.

Cecil escucho pasos acercarse y se asusto de gran manera, ella nunca había escuchado trotes de caballo en ese lugar, era propiedad de sus padres, pero abandonado de esos lados, se asusto y solo se levantó y empezó a correr, cuando escucho a alguien gritar.

-¡¡¡HEY NO CORRAS, ESPERA

Cecil tropezó y cayo, sintió como se detuvo el galope del caballo y alguien hablo.

-hey, niña, estas bien?

-lo siento por asustarte, no sabía que estabas hay

Cecil asustada al escuchar la voz de aquel hombre, comenzó a temblar y casi que a llorar al instante.

Esta bie,mira me alejare, levántate no te hare daño, dijo aquel muchacho amablemente, dándole el espacio a Cecil para que se reincorporara y pudiera hablar.

Cecil se levantó, sacudió su vestido rosa de flores pequeñas, sacudió su largo cabello, ese que siempre amaba llevar suelto y dejar q la brisa ondeara libremente.

-estoy bien no se preocupe, dijo Cecil con una suave voz casi inaudible y temblorosa, aun asustada pero más calmada.

Aquel joven la miro extrañado por que ella no le daba la cara.

Cecil con su cabeza baja, empezó a tantear con sus pies para intentar reconocer el camino, pero no sabría decir si fue por que estaba aturdida o realmente no reconocía donde estaba, esta se altero un poco y empezó a sentirse desesperada.

El joven al notar esto trato de calmarla y le pregunto que pasaba, al verla un poco aturdida la tomo de las manos y le dijo, respira, todo está bien, mírame.

-lo siento, no puedo mirarte.

- ¿Por qué?

- soy ciega

Cecil levanto su cabeza

-oh, lo siento, de verdad discúlpame

-ajjaja esta bien, no pasa nada

Rio a carcajadas una muy simpática Cecil, el joven un poco extrañado empezó a reír con ella.

Después de un rato se sentaron bajo un gran árbol.

-ciertamente no sé de qué será este árbol, lo único q puedo decir es que tiene un olor agradable y da gran sombra, amo sentarme aquí y pasar un lindo día, dice Cecil cerrando los ojos y sintiendo la suave brisa rozar su cabello.

-a mí también me gusta estar aquí, lo encontré hace unos días y me parece muy relajante pasar mi tiempo aquí.

- y entonces, como te llamas, pregunto el joven.

-Cecil, me llamo Cecil Patel y estos predios pertenecen a mi familia

-Mucho gusto pequeña Cecil, me llamo Alejandro Mercier y creo que somos vecinos, oh y perdona por invadir tus predios, no vi nada que hiciera la división entre los predios, seré más cuidadoso.

-No te preocupes, dice Cecil con una hermosa sonrisa.

- hasta donde se nuestros vecino y papa no tienen problema alguno con eso, asi que está bien, supongo.

-puedo hacerte una pregunta indiscreta?, dice Alejandro un poco apenado.

-si claro, responde Cecil.

- como llegaste hasta acá si no puedes ver y como harás para volver a tu casa?

-no te da…. miedo?

- jajajaj rio tímida Cecil, oh no, ya se me el camino a casa, si ves este camino?

Cecil se levantó y empezó a mostrarle el camino.

En el suelo, entre la hierba, había un camino bastante desgastado de piedras, Cecil lo sabia de memoria, sus pies lo reconocían fácilmente.

-hay de estos por todo este predio, vivo aquí hace mucho tiempo, mis pies conocen cada parte de estas tierras.

No importa si hace frio, si llueve o si hace sol, puedo ir y venir sin perderme ya, este es mi lugar.

-Alejandro la miraba fascinado, como si Cecil fuera lo mas hermoso que haya visto nunca.

Cecil sintió el peso de su mirada y le dijo.

¿Que tanto me ves Alejandro?

Alejandro extrañado le dice, como sabes que te estoy mirando?

Cecil se acerca y toca su rostro y ubica sus ojos y le dice.

-no puedo ver como tú, pero aun asi, tengo todos mis otros sentidos muy activados y puedo sentir el peso de tu mirada.

Alejandro estaba fascinado con los ojos de Cecil, la miro fijamente mientras ella hablaba, tenerla tan cerca lo puso un poco nervioso y lo hizo sonrojar, el no sabia que pasaba con él, hace mucho tiempo no se sentía asi.

-ok, esta bien, lo entiendo o eso creo, dijo Alejandro.

-Me voy, va a atardecer y no quiero estar fuera de casa cuando empiece a hacer frio, dice Cecil alejándose poco a poco de Alejandro.

-¿Supongo que, si somos vecinos, nos volveremos a ver, o me equivoco?, pregunto Cecil.

-Estas en lo cierto pequeña Cecil, nos volveremos a ver, respondió Alejandro un poco sonrojado y con linda voz.

¿En su mente solo se pudo preguntar, por qué respondí de esa manera?

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