Maldita sea, lo que me temía, bueno era una adulta, con arranques de adolescente, pero podía tomar mis decisiones, aunque fueran bastante arrebatadas, había sido una decisión unánime y el primero en salir de esta casa había sido Travis.
Así que en el aeropuerto despedimos a tres personas, a una voluminosa Rose con la enfermera que mi abuela le asignó, a una Jade preocupada por dejarme con mi familia y a un Travis que ya había pasado mucho tiempo lejos de su esposa.
Claro, lo vería pasado mañana, la familia había decidido regresar a Montreal y tratar de resolver este embrollo.
Ahora lo más turbio sería decirle a Leonard que, por supuesto explotaría.