Podrán pasar los años y ni siquiera nosotros mismos nos logramos conocer del todo, porque, aunque muchas veces decimos que no haremos algo lo hacemos y viceversa; eso lo aprendí gracias a él, porque por el amor que le tenía acepte cosas que no iban acorde a mi personalidad, pero el miedo a perderlo era más grande, así que creí por un momento que la mala era yo al ser tan psicorrígida.
Lo miré y reflejaba serenidad y sinceridad, por lo que al cabo de unos minutos no pude evitar sentir ganas de abrazarlo, así que decidí disculparlo por lo que había hecho y disfrutar las cosas que me había llevado. No lo perdone por lo que me entregaba, sino porque así es el amor, ¡duele más perder a esa persona, que lo que hizo!
-Está bien, pero prométeme que no volverás a llamar tanto la atención.
-Te lo prometo preciosa, pero si antes