— ¡Aaaaaaa!— grité furiosa
— ¿Qué pasó? — Lucia llegó corriendo hasta mi habitación
— Es que no puedo ni siquiera ponerme una blusa, ¡Estoy harta de este yeso!
— Tranquila, voy ayudarte — Y así lo hizo, pero me frustraba el hecho de tener que recibir ayuda para hacer cosas tan sencillas.
Después de cambiarme, desayune y nos fuimos a la universidad con Lucia.
— ¿Qué tal todo con Alec? — Vi que Lucia se tensaba — Todo bien, le pedí diculpas por mi comportamiento, realmente estaba borracha. Y no sabía lo que hacía