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Todos en esa sala tenían algo en común, querían destruir el imperio de Cristian.

Después, de algunas horas de debate y discursiones aparentemente salieron en un acuerdo, se ayudarían mutuamente hasta lograr sus objetivos pero cuando hayan terminado ese trabajo cada uno regresaría a su normalidad.

—Entonces me retiro, ya saben, mis hombres están a sus órdenes Manuel y Juan.

Fueron las palabras de Julián, antes de salir de la sala.

Yo también me iré, sólo ponte en contacto con mis hijos, para que te faciliten los armamentos que vas a necesitar.

—Gracias señora Sofía.

Juan acompañándola hasta la puerta.

Ella aparentaba ser una señora muy amable y dulce.

El sr. William a su vez se comprometió en investigar, todos los locales que estaban bajo mando de Cristian, —Voy a enviar a mis mejores espías, cuente con esa información.

Los únicos que seguían en la sala eran Piero Leone y Simón Martín los representantes de la élite de los cobras negras, en toda la reunión no mencionaron ninguna