Media hora más tarde, ya estamos vestidos y desayunando en la isla de la cocina. Dos cafés y tostadas con mantequilla, además de algo de fruta y el infaltable zumo de naranja recién exprimido.
— Iremos en mi auto a la academia… debo llevar algunas prendas de las que he hecho y los diseños que tengo y faltan por hacer — Me comunica.
— Está bien… mmmm… falta menos de dos semanas para el desfile ¿Aún te faltan modelos por hacer? — Pregunto mientras termino mis tostadas con mantequilla.
— Así es, pero solo dos, ya están casi listas. Estas me gustaría mucho que las modelaras tú ¿Quieres verlas luego? — Lo miro y veo en sus ojos la súplica silenciosa. Bueno, ya dije que iba a modelar en la pasarela ¿No? Así que encogiéndome de hombros digo:
— Pues claro