Planes en marcha (2da. Parte)
El mismo día
New York
Matthew
Cuidar, proteger y amar. Para muchos, esas palabras no son más que adornos en los votos de una ceremonia; frases bonitas que se repiten sin pensar, como si bastaran para sellar un compromiso. Pero para algunos para los que amamos de verdad, significan todo. Son una promesa silenciosa que trasciende el papel y se graba en la piel, en los actos, en los silencios.
Amar no es solo estar en los días buenos. Es cargar con el dolor del otro cuando ya ni siquiera puede sostenerse. Es levantarte a pesar de estar roto. Es hacerte fuerte cuando sabes que el otro no puede con más. Porque cuando amas a alguien, el instinto de protección se vuelve más fuerte que cualquier promesa.
No quieres herirla. No quieres verla llorar. No quieres que el peso de tus fantasmas, de tu historia, de tus enemigos, la alcance. Y por eso haces lo impensado: te alejas. No porque no la ames, sino precisamente porque la amas demasiado.
Pero esa es la parte más dolorosa del amor verdadero. N