Jack y Valentina se fueron a dormir, temprano, él estaba agotado y ella se veía deprimida, pero no quiso darle importancia a aquel echo. Hasta que su novia fue directo a la cama y se cobijó, llevaba días sin peinar su cabello amarrarlo en una trenza y besuquearle hasta la muerte. Jack le extrañaba y se lo había dicho a la psiquiatra esa misma tarde. Extrañaba a su novia, le prefería loca que dopada al nivel en el que estaba, porque, simplemente esa mujer abstraída y retraída no era su pequeño amor.
—Buenas noches, peque.
—Que descanses—Respondió Valentina y se acurrucó, Jack le dio un abrazo y besó su mejilla.
—Como estuvo tu día, Val.
—Jack, estoy verdaderamente agotada.
—Oh, entiendo.—Respondió y le besó en la mejilla nuevamente antes de separarse un poco.
Va