Capítulo 336
Apenas Alejandro vio a Isabel, se sintió abrumado. Si no fuera porque Isabel tenía solo dieciocho años y además era su primer viaje al extranjero, estando totalmente desorientada en un país extranjero, él ya la habría dejado a su suerte.

Pero al ver que Patricia se mantenía tranquila, él también se relajó un poco, se acercó a ella por detrás y la rodeó por la cintura, saludando a Isabel: —Buenos días.

Patricia se tensó por un momento al sentir la mano en su cintura y sus labios se curvaron levemente.

Isabel obviamente vio este gesto tan evidente, pero eligió ignorarlo, sonriendo dulcemente y preguntando a Patricia: —¿Sabes patinar?

Patricia respondió: —Sí, ¿y qué?

—No soy muy buena patinando, ¿podrías enseñarme?

Cada vez que Isabel necesitaba algo, siempre se dirigía a Alejandro, pero esta vez sorprendentemente pidió a Patricia que le enseñara. Patricia intuitivamente sospechó que la joven tramaba algo.

—Yo…

—Si no tiene tiempo, ¿podría el hermano Alejandro enseñarme?

Miró a Patricia c
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