Capítulo 224
Preguntó Alejandro.

Patricia también se dio cuenta de que Benedicto estaba de mal humor: —¿Es por algo relacionado con Fabiolita?

Benedicto levantó la mirada y la desvió indiferente: —No es nada importante. Esta noche, ya sea algo que veas en el móvil o algo que escuches de alguien, no se lo digas a Fabiolita.

—Ella ha estado cansada todo el día, quiero que descanse bien.

Patricia y Alejandro se miraron y asintieron obedientemente.

Cuando Fabiola llamó a cenar, ambos se mostraron especialmente entusiastas en servir y preparar la mesa.

—Comencemos a comer.

Fabiola fue la última en sentarse.

Benedicto fue el primero en empezar a comer. Tomó un trozo de pescado, le quitó las espinas y lo puso en el plato de Fabiola: —Cariño, has trabajado duro.

Fabiola lo miró con desdén.

—Alejandro y Patricia todavía están aquí.

Patricia y Alejandro dijeron al unísono: —No te preocupes por nosotros, nos gusta ser espectadores de su amor.

Esa complicidad hizo que Fabiola no pudiera evitar sonreír.

—Parece
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