63. Podríamos dominar el mundo
Nicklaus
Cada segundo que pasa sin saber nada de Penélope es un tormento. La noticia de que ella está embarazada debería haber sido un momento de alegría, pero en su lugar, me siento traicionado y furioso.
¿Cómo pudo no decírmelo? ¿Pensaba que no me importaría? ¡Es también mi bebé! La posibilidad de que se haya ido por su propia voluntad cruza por mi mente y se siente terriblemente doloroso, pero la descarto de inmediato.
No puedo creer que Penélope me abandonara, estábamos pensando en el futuro, en lo que haríamos, pero otra vez pienso en que en ese futuro ella no me habló del embarazo…
Lila ha tomado una muestra de mi sangre y sigue en medio de su pentagrama intentando localizarla, pero su expresión cada vez más frustrada y preocupada solo aumenta mi ansiedad. Blake, con su habitual calma, se mantiene a mi lado como una roca evitando que me derrumbe y aunque no lo digo, se lo agradezco.
Entonces la mirada angustiada de la hechicera se levanta y queda fija en mi y puedo sentir como