Cuando Jin Fengchen escuchó esto, hizo una pausa. “Inspector Mo, ya conoces las consecuencias una vez que Hebrew quedé en libertad”.

Mo Tingfeng también estaba exasperado, pero con la situación actual, era demasiado fácil que Hebrew escapara, e incluso la policía no puede hacer nada para retenerlo.

“No hay pruebas que demuestren directamente su robo. Ahora ya es muy difícil detenerlo. Cuando llegue la presión de la opinión pública, aunque no queramos, tendremos que dejarlo ir”.

Jin Fengchen comprendió las complejidades. “Intenta retrasarlo unos días más”.

“De acuerdo, haré lo que pueda”. Mo Tingfeng suspiró.

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Vivian también corrió a la comisaría al enterarse de la noticia.

“Señor Hebrew, ¿se encuentra bien?”. Preguntó Vivian, aparentemente preocupada.

Observó en silencio su situación y vio que estaba ileso y no parecía tener problemas.

Hebrew se impacientó y se mofó fríamente. “Sin pruebas, no se atreverán a hacerme nada. Por favor, rescátenme cuanto antes. No quiero quedar