Jiang Sese sollozó.
Nadie sabía cuántas veces se había despertado en mitad de la noche por la pesadilla sobre que Jin Fengchen la había dejado, pero nunca se atrevía a hablar de ello por miedo a que sus amigos y familiares se preocuparan. Ella solo podía soportarlo en silencio.
Al oír que había noticias de Jin Fengchen, fue como si hubiera encontrado un desahogo, y en ese momento quiso purgarse de todos los horribles sueños que había tenido en ese tiempo.
Fang Yuchen se sentó tranquilamente a su lado, acompañándola y ofreciéndole un silencioso consuelo.
Después de un rato, los sollozos cesaron lentamente. Jiang Sese levantó la vista y aceptó la servilleta que Fang Yuchen le ofreció para secar sus lágrimas.
Respiró profundamente: “Primo, ¿cómo te has enterado de esta noticia?”.
Su voz estaba un poco ronca por llorar.
Fang Yuchen sacó su teléfono móvil y puso la foto para mostrársela: “La gente que envié tomó esta foto de Fengchen”.
Jiang Sese se apresuró a coger el teléf