ARIEL
—Eres el niño más guapo del mundo —le digo a Kronos cuando termino de vestirlo y de cambiarle el pañal—. Te amo bebé.
Kronos ríe y sus ojos, de un gris idéntico al mío, me hacen emoción en el pecho. Vaitiare sigue dormida y Yael igual, son las ocho de la noche y no he tenido mucha suerte con la búsqueda de un empleo.
Barclay ha sido un buen amigo y gracias a él, Preppy no nos ha encontrado, rue