—Tienes que tomarte esto con calma, no vayas a entrar allí para atosigarla como seguramente estás pensando, ¿Me escuchas? —advierte Roberto sentando junto a su ex esposa en la sala de espera de la clínica.
—Creo que debe dar más de una explicación de lo que como la han encontrado, fotos de ella drogada y emborrachada, tirada en el piso como una especie de indigente. ¿Te imaginas el golpe que será esto? ¿La imagen que me da ante los inversores? ¡Si no puedo controlar a mi propia hija, es claro que no podría hacerlo con Kenia Motors! —reclama Samantha dispuesta a zamarrear a su hija hasta que le brinde una explicación de lo que ha sido eso.—¿Acaso te estás escuchando? ¡Tu hija ha sido internada por aparecer drogada con alguna sustancia, y a ti lo único que te importa es lo que la gente puede llegar a aparecer. Este