—Los humanos suelen juzgar y acabar con lo que no conocen y temen— Las palabras de Daimaris son veneno puro.
—No todos son iguales, ya lo debes saber, Daimaris— Le reprocho con severidad. —Muchos humanos te adoran y te ven como un ser de luz, pero si supieran tu verdadera naturaleza.
Ella gruñe con disgusto, se cruza de brazos y decide quedarse callada, entre la multitud aparece uno de los ancianos, que nos dice que debemos tranquilizarnos y que no peleemos, que debemos permanecer unidos, la mirada cansada del anciano se posa en mí y me dedica una sonrisa amable.
—Me sorprende que ustedes se peleen— Ríe levemente. —¿Qué ha ocurrido entre ustedes dos? La última vez que los vi, estaban tan apegados, pero ahora...
—Encontró a su enlace, por eso— Sisea furiosa.
Los presentes se entusiasman al oír esto y me felicitan, pero como era de esperar, mi ex amante interviene, diciendo que no deberían ponerse felices, que mi enlace es una humana inútil y buena para nada, algunos de los presentes su